jueves, marzo 28, 2024

10 clubes ecuatorianos de fútbol que estuvieron a un paso de la gloria


Muchas veces el pan se quema en la puerta del horno y una campaña épica puede concluir con una dolorosa derrota. No le ha pasado solo a Barcelona SC en 1990 y 1998 cuando estuvo muy cerca de la Libertadores: otros equipos ni siquiera alcanzaron el título nacional.

10. Club Sport Patria

Considerado uno de los equipos más antiguos del país, fundado en 1908 en Guayaquil, actualmente milita en la Segunda Categoría de Guayas, jugando como local en Samborondón. Sin embargo, el equipo albigris tuvo su mejor época durante la segunda y tercera edición del Campeonato Ecuatoriano de Fútbol, quedando en tercera posición en 1960 y alcanzando el subtítulo en 1961, mientras Emelec conquistaba su segunda corona.

9. Club Deportivo América (Quito)

Aunque es reconocido de manera parcial como el primer equipo ecuatoriano en haber ganado un torneo internacional, la Copa de Campeones de Copa de 1971, torneo organizado por Conmebol pero no reconocido por la misma ya que ese año hubo una gran deserción de clubes así como la ausencia de representantes de Brasil y Colombia (siendo esa su segunda y última edición), el América de Quito tampoco pudo ser campeón nacional, quedando segundo frente a una Liga de Quito que en 1969 lograba su primer título, y en 1971, frente a Barcelona de Guayaquil. Fundado en 1939, el club jugará en 2024 en Segunda Categoría, donde posiblemente deba enfrentar a otro rival tradicional, Deportivo Quito.

8. Club Social y Cultural Espoli

Fundado en 1986, el equipo de la Escuela Superior de Policía de Quito imitó en un inicio la tradición deportiva de El Nacional de jugar solo con futbolistas ecuatorianos, abandonando luego esta postura. Sin embargo, en 1995, casi dos años después de subir de Primera B lograría un hito casi inesperado: alcanzar el vicecampeonato y acompañar a la Copa Libertadores de 1996 a Barcelona, logrando clasificar incluso a octavos de final. Otra característica del equipo chapa es que ejerció de local en varias ciudades, tras no lograr hacerse de una hinchada fija en la capital, llegando a jugar en Ibarra, Cayambe, Santo Domingo y Esmeraldas. Actualmente milita también en la Segunda Categoría de Pichincha.

7. Asociación Deportiva 9 de Octubre

Recientemente descendido a Segunda Categoría junto con América de Quito, 9 de Octubre (fundado como Club Sport 9 de Octubre en 1912, refundado como AD 9 de Octubre en 1926 y conocido como 9 de Octubre Fútbol Club desde 2019) ha sido vicecampeón por tres veces: 1965, 1983 y 1984, detrás de Emelec en el 65 y de El Nacional en los 80.

6. Club Técnico Universitario

El “rodillo rojo”, fundado en 1971 por estudiantes de la Universidad Técnica de Ambato y rival del tradicional Macará (que tampoco ha levantado el trofeo nacional) se clasificó por primera vez como segundo a la Copa Libertadores de 1979 tras escoltar en el cuadrangular final de 1978 a El Nacional, equipo que alcanzaba su primer tricampeonato. Sin embargo el recuerdo más épico de los aficionados ambateños sería el subtítulo del campeonato de 1980, alcanzado tras una larga y polémica final frente a Barcelona que tuvo que disputarse en tres partidos durante enero del año siguiente, luego de ganar en casa por 4 a 1, perder en Guayaquil por 3 a 0 y finalmente perder en el desempate en la ciudad de Machala por el mismo marcador, el 14 de enero de 1981. Actualmente el club milita en Primera A junto a su rival Macará y a su nuevo vecino de patio, Mushuc Runa.

5. Club Deportivo Filanbanco

Fundado en 1979 por el entonces presidente del ahora desaparecido Filanbanco, Nahím Isaías Barquet (asesinado en 1985 mientras intentaba ser rescatado de un secuestro por parte del grupo insurgente Alfaro Vive), el equipo, que jugaba de local en el estadio Los Chirijos de la ciudad de Milagro, alcanzaría el vicecampeonato en 1987 y jugaría en Primera A hasta 1990, cediendo su franquicia deportiva en 1991 al Valdez Sporting Club. Desde 2020 retornó al fútbol profesional de ascenso dentro de la Segunda Categoría de Guayas, jugando esta vez como local en el estadio Alejandro Ponce Noboa de Guayaquil.

4. Valdez Sporting Club

Tras hacerse de la franquicia deportiva cedida por Filanbanco en 1991, durante la misma temporada el equipo azucarero lograría el vicecampeonato nacional, acompañando a Barcelona en la Copa Libertadores de 1992, donde alcanzó los octavos de final y estuvo a punto de llegar a cuartos, tras perder en penales frente a San Lorenzo de Argentina en el estadio Modelo Guayaquil. En 1994 descendió a Primera B y en 1995 a Segunda Categoría, desapareciendo en 1997. Luego de intentar volver al fútbol profesional de ascenso (esta vez cambiando su localía de Milagro a Durán), el club volvió a desaparecer en 2015, cediendo su franquicia al Guayas Fútbol Club.

3. Club Deportivo Universidad Católica (Quito)

El cuadro camaratta llegaría a sus sitiales más altos, como vicecampeón, en 1973 y 1979. Desde entonces, y luego de retornar a Primera A tras varios años en Primera B, su mejor posición ha sido un cuarto lugar en la temporada 2020.

2. Audaz Octubrino

Aunque no fue siquiera vicempeón, la mejor temporada del cuadro de la ciudad de Machala fue en 1987, quedando solo detrás de Barcelona y Filanbanco (de haber existido la Copa Sudamericana entonces, se hubiese clasificado). Desde 1999 no ha podido regresar a la Serie A, manteniéndose en la Segunda Categoría de El Oro.

1. Liga Deportiva Universitaria de Portoviejo

Fundado por estudiantes de la Universidad Técnica de Manabí en 1969, como muchos clubes tradicionales del país ha enfrentado varias altas y bajas, jugando por última vez en la serie de privilegio en 2020. De manera similar que Audaz Octubrino su mejor posición fue un tercer lugar en la temporada de 1982, detrás de El Nacional (que iniciaba su segundo tricampeonato) y de Barcelona. Actualmente, “la capira” pelea por volver, desde la Segunda Categoría manaba.


miércoles, marzo 27, 2024

10 bandas ecuatorianas de pop rock NO tan conocidas


Al escuchar nombres como Tercer Mundo, Tranzas, Cruks en Karnak o Verde 70 se nos vienen enseguida muchas canciones aún vigentes, que las radios y televisoras solían difundir bajo la etiqueta de “talento nacional”, sonando muy de vez en cuando entre la oferta proveniente en nuestro idioma principalmente desde México, Argentina y España. Con el paso del tiempo estas bandas se consolidaron, logrando escalar posiciones gracias a la respuesta favorable del público, como parte de la propuesta mainstream de la radio comercial, en tanto las bandas underground de punk y metal nacional hacían su lucha aparte.

Sin embargo, y pese a tener mayores posibilidades de acogida por su propuesta más estética, no todas las bandas pop lograron alcanzar la misma trascendencia o pasar de ser una moda pasajera, quizás porque muchos de sus músicos solo lo hicieron por pasatiempo, no lo encontraron rentable o simplemente porque pasaron a formar otros proyectos. Desde luego, este listado es subjetivo, pudiendo gran parte de muchos de sus aficionados considerar relativo ver alguno de sus grupos en la lista.

10. Van Mozart

Sí, muchos dirán que “Sobre tu piel” y “Te voy a amar” son temas tan berreados casi como el Himno Nacional o la versión de “Solo tú” de Don Medardo. Sin embargo, la banda guayaquileña al parecer no dio para mucho más tras la salida de su primer vocalista, quien al parecer tampoco logró repuntar demasiado por su cuenta. Estuvieron conformados en su momento de mayor difusión a fines de los 90 por Omar Galindo en la voz, Eloy Madinyá en el bajo, David Mosquera en primera guitarra, Paúl Segura en teclados y un nombre conocido en el metal ecuatoriano, Leonardo Piedra (Demolición) en la batería.


9. Karma

Con un sonido bastante influenciado por el blues y el jazz, se dieron a conocer principalmente en Quito por el tema ”Betty Blue” de su álbum Seres de 1995, que fuese difundido en el espacio Video Show de Ecuavisa, que se emitía solo para la Sierra (en la Costa se pasaba a la misma hora El Show de Bernard). La banda estaba conformada por el ahora productor audiovisual Ivis Flies en el bajo y voz, Johnny Ayala en la guitarra, Esteban Torres en la batería y Carlos Arboleda en los teclados.


8. Taxo

Conformada por el exintegrante de la banda Umbral (la del temazo “¿A dónde vas?”) Pedro Pino, el chileno Ignacio Gómez y el bajista Jorge Espinoza, la agrupación editaría en 1990 el álbum Escribo en tu corazón, del que promocionarían los temas “Ana” y “Nubes”, que pese a la corta existencia del grupo siguió sonando en las radios con relativa frecuencia en esa década, evocando el entonces sonido ya nostálgico del rock argentino de los 70 y 80.



7. Crissis

Muy cercanos en sus inicios a un sonido glam metal y con líricas en inglés, la banda porteña dio un giro hacia un sonido más comercial tras editar su álbum Cuando no nos miran, del que promocionarían su tema homónimo en 1997, siendo nominados a los premios del programa Sintonizando de TC Televisión de ese año. En 2002 editarían un siguiente álbum denominado En el país de los idiotas, de manera autogestionada, logrando sin embargo una repercusión menor. Durante esta etapa el grupo estuvo integrado por Luis Sojos en la voz, José Gardella en teclados y coros, José Beltrán en el bajo, José Antonio Álvarez en guitarra y Jorge Wated en la batería, quien pasara también por Los Intrépidos y de manera no tan feliz por la política después.


6. Signos Diferentes

Provenientes de la siempre gara Cuenca, si bien la banda se ha mantenido activa, al parecer no ha logrado superarse a sí misma tras el éxito de “Si supieras”, canción que inaugurara los años 2000 pegando fuerte en todo Ecuador, interpretada por Álex Cendón Sosa, quien falleciera por un accidente en 2007. Signos Diferentes continúa en los escenarios con Galo Cárdenas en la voz y guitarra, Hernán Crespo en segunda guitarra y coros, Marco López en el bajo y Diego Arteaga en la batería.


5. Panales de Hielo

Agrupación desconocida fuera de Riobamba y sus alrededores, estuvo conformada entre 2006 y 2019 por Geovanny Avendaño (vocalista y guitarrista, fallecido en 2019), Denis Cabay en la batería y Dennis Gusqui en el bajo. Junto a otros grupos locales como Fasso Péndulo, La Balandra, Volumen Zero y Los Impacto, contribuyeron a gestar una escena para los aficionados de la balada rock del centro del país.


4. La Quinta 13

Oriundos de Quevedo (no confundir con La Quinta Estación ni con Calle 13), John, David, Oscar y Marcel sonaron en las radios del país con el tema “Seré”, que también prometía a inicios de los 2000, pero que quedaría en nuestro recuerdo como otro chévere one hit wonder nacional.


3. Kirúrgica

Otra posible banda de one hit wonder son los lojanos Kirúrgika, cuyo tema “Muñequita morena” (versión de un tema original de Tulio Bustos) suena casi todos los días en la Joya Stereo de Quito. Encabezada por Camilo Bustos (hijo de Tulio), la agrupación editó en 2001 el álbum No Toky, que al parecer fue su debut y despedida.


2. Right

Sería otra agrupación que en sus inicios a mediados de los 80 probaría con el heavy metal para pasarse luego “al lado oscuro de la balada pop”. En 1991, tras lanzar el sencillo “No quiero perderte”, se perfilaba como un grupo que incluso prometía sonar a nivel internacional, tomando la batuta dejada en Guayaquil en ese entonces por Clip y varios años antes del éxito en que se convertiría Tranzas.  Hace pocos años la agrupación volvió al ruedo, reeditando algunos temas de sus primeros años y lanzando también nuevo material, reuniendo a Andrés Pimentel en la voz y guitarra, Modesto Chávez en teclados, Román Font en el bajo y Carlos Delgado en la batería.

Antes de llegar a la última agrupación quiero mencionar a otras bandas que también hicieron parte de la escena pop como Conciencia Colectiva, Leominor, Támesis, Brema y más.


1. Materia Prima

Sin duda alguna “Solamente pienso en ti” (grabada en 1993) fue la canción de 1994. En una época en que el grunge se moría con Kurt Cobain, la explosión de Guns N´ Roses se apagaba y Metallica no parecía dar señales de vida, mientras el auge de la segunda generación del metal ecuatoriano se aproximaba, Materia Prima se hacía un lugar en una escena que gracias a Contravía o Tercer Mundo ya contaba con una buena cantidad de adeptos. En 1995, su álbum homónimo sería de los más sonados en las radios de Quito, lo cual hizo que mucha gente no pudiera explicarse el por qué del final tan repentino de esta agrupación, que estuvo conformada por Christian Valencia en teclados y voz, César Galarza en la guitarra (posteriormente en Verde 70), Esteban Galarza en el bajo y Danilo Arroyo (percusionista después en Esto es Eso) en la batería. Su última publicación sería el single ”Nada es igual”, cuyo clip fue emitido por Big Bam Boom de Teleandina.


martes, marzo 26, 2024

10 programas inolvidables de la radio quiteña


En un mundo cada vez más plagado de imágenes, donde la televisión parece agonizar y las redes sociales tomar el poder, la radio sigue siendo esa compañía, a veces paradójicamente silenciosa, que va de la mano de nuestras vidas.
Hace décadas, sin embargo, era el medio más popular y accesible, tanto así que, en caso de desastres naturales, una de las recomendaciones que solía hacer la Defensa Civil era llevar un radio portátil de pilas para mantenernos informados. Si ha de ocurrir un cataclismo en medio de esta era digital, donde mucha gente parece más dispuesta a hacerse una selfie primero (antes que correr por su vida) no lo sabemos, sin embargo, a quienes crecimos con padres y abuelos boomers y X, fuimos millennials y quisiéramos ser centennials, todavía nos resuena en alguna parte de la nostalgia la radio, esa que escuchábamos en el bus de camino al colegio, en casa mientras apurábamos los deberes que pudimos haber hecho durante la tarde o en el aparato de larga antena que papá solía llevar al estadio, misma que también escuchaba el guardita de seguridad, la señito de los caramelos o el manaba de la picantería.

10. “Mundo Deportivo” (Nueva Emisora Central 1180 AM)
Considerado pionero de los matinales futboleros de la capital, afirmación no del todo compartida por quienes escuchaban también radio Quito o radio Tarqui, fue quizás el programa que permaneció por más tiempo al aire. Encabezado por Carlos Efraín Machado, durante décadas fue el parlante de los hinchas de Aucas, Liga de Quito, El Nacional, Deportivo Quito y Barcelona.

9. Noticiero “La Clave” (La Luna 99.3 FM)
Bastante recordado sobre todo por quienes formaron parte de Los Forajidos, cómo fueron denominados por Lucio Gutiérrez previo a su derrocamiento, fue un informativo que se caracterizó sobre todo por sus caricaturas musicales, escritas e interpretadas por Ataulfo Tobar, que junto a Paco Velasco lograron un hito en la historia ecuatoriana: movilizar a la sociedad quiteña.

8. “El Guardián Nocturno” (Radio Centro 97.7 FM)
Fue un programa quizás hoy poco recordado por muchos debido a que se emitía entre las 00h00 y las 02h00 de la madrugada, donde los insomnes o quienes despertaban de alguna pesadilla solían llamar a contar sus sueños, mismos que la presentadora interpretaba, amenizados con música. Otro programa que hacía de consejero en la misma emisora era “Los número uno”, con Sandy Alvarado.

7. “Con cierto sentido” (Sucesos 107. 7 FM)
Inicialmente emitido por la desaparecida radio Concierto, es uno de los programas culturales con más permanencia en el aire. Literatura, Filosofía, Historia y curiosidades del mundo son el ingrediente principal de este espacio conducido por Ramiro Díez y Reina Victoria Diez, que a la vez nos recuerdan otros espacios que nos acompañaron alguna vez como “Barco de Papel” o “Desde mi Visión” de la también desaparecida radio Visión.

6. “No Lapsus” (Cultura FM 100.9)
Producido por El Churo Comunicación, un grupo de amigos que se conoció en la Universidad Central del Ecuador, durante su época de mayor recepción fue emitido las noches de los viernes por radio La Luna. Rock, Hip Hop, Ska, activismo juvenil y comunitario así como cápsulas producidas por otros colectivos y una dosis de humor conformaban este programa multifacético y fresco que acompañó a la ciudad durante la segunda mitad de la década de los 2000, y que además crearía la 'Wambra frecuencia', banda de diversos programas juveniles emitidos de lunes a viernes como "Jaula Urbana", "Rapsoda FM" y "El bicho de la memoria", inspirada quizás en la franja para la inmensa minoría (“El Aeroplano”, ”Radio A”, "María HC") de radio Latina 88.1, de inicios de los 2000. Tras el fin de La Luna, el show se emitiría durante un tiempo por el medio digital Wambra, volviendo a antena en 2022 a través de la FM de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. 


5. “La Zona del Metal” (La Luna 99.3 FM)
Espacio creado por Hugo Beltrán (1972-2003) al que se sumarían luego Andrea Zumárraga, Aracely Rea y Santiago Parra, si bien no fue el primer show dedicado al heavy metal producido en la capital (no podemos dejar de lado “Audiohpnosis” ni ”Estruendosis” de Impacto 106.9“Romper Falsos Mitos” de Hot 106 con Carlos Sánchez Montoya, “Prohibido Prohibir” con Mayra Benalcázar o “El Vagón Alternativo” con Edwin Poveda de La Metro 88.5 ni “Luna Negra” de la 99.3 con Pablo Rodríguez), tampoco podemos negar su carácter de show icónico, que tras pasar por radio Impacto, EXES, La Luna, Pública FM y Rocknight.com.ec, acompañó a toda una generación de rockeros de Quito y el país entre finales del siglo XX y principios del XXI, difundiendo no solo a lo mejor del power metal mundial, sino también promocionando a talentos nacionales como Sparta, Falc, Toque de Queda, CRY, Ente, Blaze, Abadón, Metamorfosis, Basca, Viuda Negra y muchas otras bandas que hoy conforman la escena rockera ecuatoriana.

4. “Hablando Jugadas” (La Radio Redonda 96.9 FM)
De los programas más sintonizados en la actualidad, su etapa más recordada quizás sea aquella que tuvo como presentadores principales a Luis Miguel Baldeón y Aurelio Dávila. De corte informal, se caracteriza aún por su estilo ameno que combina información deportiva con opinión y humor, humor no siempre del agrado y comprensión de todos, que en 2016 le costó una sanción de la antigua Superintendencia de Comunicación del Gobierno de Rafael Correa.

3. “La Puerta del Terror” (Radio Q 94.9 FM)
Antes de convertirse en radio Gitana, cuenta la leyenda que entre 1995 y 1997, las noches de los martes, a la antigua usanza, la gente apagaba la luz y sintonizaba el 94.9 de su estéreo para escuchar La Puerta del Terror, donde la gente llamaba por teléfono para contar historias sobrenaturales de fantasmas, aparecidos y ultratumba, entre las 22h00 y las 0h00. Otro show inspirado en este programa sería 'El terror llama a tu puerta', emitido entre fines de los 2000 e inicios de los 2010 por radio América.

2. “La guerra de los mundos” (Radio Quito 760 AM)
Y llegamos a uno de los momentos más icónicos de la historia de la radio quiteña y ecuatoriana: la emisión de La Guerra de los Mundos, original de H. G. Wells, adaptada en radio por Orson Wells y posteriormente adaptada para Ecuador por Eduardo Alcaraz y locutada por Leonardo Páez, que al igual que en Estados Unidos desataría el pánico social, que culminaría con el incendio del edificio de Radio Quito y diario El Comercio la noche del 12 de febrero de 1949.

1. El apagón de Radio Tarqui (990 AM)
No podíamos culminar esta lista sin mencionar el famoso conteo de fin de año, que a la medianoche del año viejo ponía a casi todo Quito a sintonizar el 990 de amplitud modulada como parte del ritual posterior a la lectura del testamento y previo a la quema del año viejo, monigote que representaba todo lo bueno o malo del año por concluir. Conducido por el maestro Juanito, como se conocía a Gustavo Herdoíza (1924-2015), la emisión hacía un breve resumen de los impuestos que se crearon ese año para ajustar los bolsillos de la gente, de los escándalos de corrupción, de la delincuencia, de los eventos naturales que sacudieron alguna parte del país o de las guerras que se desataban en algún sitio del mundo. Pese al final de la emisora de AM en 2015, muchas radios siguen replicando el apagón cada 31 de diciembre.


sábado, marzo 23, 2024

Plata y Bronce (1927)



A medio camino entre el romanticismo del siglo XIX y el realismo social ecuatoriano post Revolución Rusa de inicios del siglo XX, es la primera impresión que da esta novela de corte campestre e indígena del escritor otavaleño Fernando Chaves (1902-1999). 

En esta ocasión, la casualidad hizo llegar hasta mí este libro, luego de que un vecino que arrendaba un cuarto en la casa de mi madre abandonara inesperadamente la habitación, misma que mi madre (quien estimaba mucho a su inquilino por su presteza) dejara intacta por varios meses, hasta que una fuerte lluvia provocara que por el techo de la misma se filtrara y cayera agua, debido a que daba a una tubería ubicada en un patio encima. Tras el evento, que dañó el entablado del piso y echó a perder muchas de las cosas del desaparecido amigo de mi ma, y luego de decidir arrojar muchas de esas cosas a la basura fue que apareció el libro, dentro de una caja de zapatos llena de recortes de periódicos con fotos de modelos y actrices de televisión.

Hasta ahora se considera a Huasipungo como el ícono de la literatura indigenista. Imbuido por ese argumento, inicié la lectura de ese libro de hojas amarillentas editado en 1995 por Libresa (el original es de 1927), que cuál Moisés logró salvarse de las aguas. De entrada, y con un lenguaje que suspira elegantes palabras hoy en desuso, el libro parece anticipar una desgracia: la violencia de género disfrazada de amor rudo, de ese supuesto derecho que, cuál país feudal, se atribuía el terrateniente dueño de parcelas y seres humanos, Raúl de Covadonga. La historia gira sin embargo en un amor nacido del rechazo de la longa Manuela y alimentado por la persistencia, el deseo siempre presente por aquello que jamás podremos obtener, ambientado en la gran hacienda “Rosaleda” de la Imbabura de inicios del siglo XX, esa que no terminó de incorporarse al nuevo paradigma de la revolución liberal, en medio de pueblos que se rehusaban a dejar el medioevo instigados por la iglesia católica, fiel al poder del dinero.

Hugo, el primo citadino del gamonal y Celina, la profesora enviada al servicio docente rural, junto con los indígenas Gregorio,Venancio, Juan, la bruja Encarna, el viperino cura del pueblo de Torrebaja, Sidonio, y el servil y violento Inocencio dan vida a este retrato de mundo feudal provinciano, donde el indígena debe obedecer sin cuestionamientos y en donde solo el deseo de venganza podría hacer posible un plot twist de acontecimientos. Una lectura recomendada para no omitir la historia de nuestro mestizaje como país y sus relaciones desiguales de poder.

Plata y Bronce
Fernando Chaves
1927 (primera edición)
9/10

miércoles, marzo 13, 2024

El sótano (2022)


“Se llamaría La venganza de Venus, pero el jurado sugirió cambiarlo por El sótano”, decía el texto de la revista Rocinante de octubre de 2022, que reseñaba a los ganadores del premio La Linares de la Corporación Cultural Eugenio Espejo. A Juan Carlos Moya, su autor, lo conocí a través de los textos que escribía en el suplemento Familia del desaparecido diario El Comercio y posteriormente en el programa Al filo de la Medianoche de la entonces Radio Pública de Quito (Municipal FM), cuyos textos no me parecían espectaculares, pero tampoco indiferentes.

Como abonado del plan del libro de la Empresa Eléctrica Quito (que distribuía o distribuye aún los textos de La Linares), a veces recibía el libro del mes con varios meses de retraso o no lo recibía. Fue tras intercambiar un ejemplar de Cómic-19 de los dibujantes NoF y Carlo en Casa Égüez con el muchacho que trabajaba allí que finalmente logré hacerme del texto de Moya, cuya portada en negro se me hacía inevitablemente elegante. Tras varios meses acomodado en el librero, finalmente decidí abrirlo este año, luego de terminar Las penas del joven Werther de Goethe, que había empezado el 31 de diciembre de 2023. Las historias conectadas de sus mujeres protagonistas me recordaron esa peli que vi hace varios años, Babel, con Brad Pitt y Gael García.

Por encima de dos que tres errores tipográficos de la edición, debo admitir que el texto me atrapó de entrada, por la contundencia del tema de la violencia infantil y de género. Luego, el fascinante retrato de Frida, nombre bastante cliché pero que describía un personaje interesante creado por el deseo de venganza, que me hizo suponer sería la protagonista del resto de la historia. Luego, Rafaela, después Silvana (personaje que también me pareció cliché pero no tan interesante como Frida), después Carmen y luego mi personaje preferido, Ana. 

En tiempos donde pese a la lucha feminista las noticias de femicidios y violencia contra las mujeres siguen siendo titulares, siempre será importante reencontrarnos con nuestra voz humana e intentar mirar la vida también desde otros ojos, a mi entender, la principal fortaleza de esta novela.

El sótano
Juan Carlos Moya
Campaña de lectura Eugenio Espejo
2022
8.5/10